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La formación española mantiene buenas relaciones con Syriza, el principal rival del KKE
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Su líder, Alexis Tsipras, asistió a la asamblea que eligió a Pablo Iglesias secretario general
Alexis Tsipras y Pablo Iglesias, en la asamblea de Podemos.
ANTONIO HEREDIA
Desde su irrupción en el panorama político español, Podemos ha dado mucho que hablar también en Grecia. La formación, bautizada ya como la Syriza española,
protagoniza cada vez más titulares, sobre todo en la prensa de
izquierdas, y los medios helenos se hacen eco de los resultados de la última encuesta del CIS o de la elección de Pablo Iglesias como secretario general. En la asamblea ciudadana del fin de semana pasado en Madrid no faltó la presencia de Alexis Tsipras, el líder de Syriza. "Juntos podemos hacer realidad, de inmediato -y lo haremos-, lo que ayer era imposible, cambiar el rumbo de Europa," recalcó allí Tsipras, que se ha reunido ya en repetidas ocasiones con los representantes de la formación española.
Unas simpatías que el Partido Comunista de Grecia
(KKE) no ve con buenos ojos. Ya en repetidas ocasiones esta formación,
de línea marcadamente marxista-leninista, había cargado las tintas
contra Podemos, como lo hiciera en su momento contra el Partido
Comunista español por su colaboración con otras fuerzas políticas. Sin
embargo, en su editorial de portada del domingo pasado, el Rizospastis
-órgano oficial del KKE- cargaba contra la "reserva alternativa de
sumisión del pueblo", como definía a la formación de Iglesias.
El KKE -que destaca por su feroz oposición a Syriza y por
desvincularse por completo de cualquier postura política que no sea la
suya- acusa a Podemos de ser una herramienta al servicio del "sistema
político burgués" y de buscar acallar el descontento ciudadano
alejándolo de una verdadera conciencia de clase. La fundación del
partido constituiría una muestra de "la capacidad que tiene el sistema
político burgués de reformar, consagrar y perpetuar la explotación".
La principal crítica que expresa el KKE en su prolijo texto se centra
en los posicionamientos de Podemos con respecto a la empresa privada.
"Con medidas como la persecución de la corrupción, el castigo severo de
fraude financiero y la participación ciudadana, el partido intenta
mostrar que la economía puede funcionar de manera armoniosa por el bien
de todos, y que la empresa puede ser controlada y funcionar en acuerdo a
la leyes", acusa el periódico. A través de estas estratagemas, Podemos
pretendería hacer creer a los ciudadanos que los problemas sociales que
sufren son producto de la crisis o de una mala gestión, ocultándoles que
se trata de cuestiones estructurales inherentes al capitalismo, para
cuya perpetuación las propuestas de Podemos estarían "cortadas a
medida".
Además, "en el documento final de programa colaborativo de Podemos se
reflejan posturas que certifican el carácter profundamente peligroso y
el papel antiobrero que el partido está dispuesto a desempeñar," asegura
el KKE. Ya que detrás de medidas como el "apoyo a pequeñas y medianas
empresas" o la "transformación del Banco Central Europeo
en una institución democrática y por el desarrollo económico de los
países" se escondería la intención de permitir los despidos en las
empresas con pérdidas y, en general, aceptar las reformas laborales
anteriores a la crisis, "reforzando los monopolios" y "trabajando para
que los obreros se hundan aún más en la gestión del sistema
capitalista". Además, Podemos no se opone con suficiente firmeza a las
privatizaciones, que podrían efectuarse una vez realizada una votación
popular al respecto. En resumidas cuentas, concluye el KKE, "la parte de
las clases populares que apoya semejantes partidos no está emancipada
de la política burguesa".
Pureza ideológica
La postura del KKE con respecto a Podemos ha sido ampliamente
comentada en los últimos días, por norma general con burlas a la pureza
ideológica del partido comunista, conocido por rechazar cualquier tipo
de alianza con otras fuerzas de izquierdas.
En esta línea se expresaba ayer un columnista de Avgi, un periódico cercano a Syriza que ya cubrió las visitas de Pablo Iglesias a Atenas
-la última, durante el festival de juventud de la coalición de
izquierdas griega, celebrado en septiembre-. El KKE no habría insultado
solamente a Podemos, sino "a su pueblo, a los cientos de miles que
pasaron día y noche en las plazas, recibiendo golpes y gases
lacrimógenos, a los 240.000 que votaron en el congreso fundador, a los
más de 8 millones de votantes que les dan las encuestas".
"Los españoles no tuvieron la suerte de tener a gigantes del
comunismo como los nuestros," señala con ironía la columna. "Sino que
[los comunistas de allí] ven a Podemos como un potencial aliado y no un
demonio capitalista disfrazado". Para terminar, tilda a la directiva del
KKE de "auténticos fósiles del comunismo primitivo", por los que lo
menos que se podría hacer sería "colocarles urgentemente en el museo de
historia natural."
El Partido Comunista de Grecia se ha ido distanciando más y más de
Syriza según esta formación iba adquiriendo visibilidad en los últimos
años. En las elecciones locales del pasado mayo, el partido pidió
expresamente a sus militantes no apoyar a Syriza en la segunda ronda de
los comicios. Además, los dos eurodiputados que obtuvo la formación en
las elecciones al Parlamento Europeo renunciaron a integrarse, como venía siendo habitual, en el GUE/NGL, el grupo de la Izquierda Unitaria Europea, al que pertenecen tanto Syriza como Izquierda Unida o Podemos. Por el contrario, permanecen en el grupo de los no inscritos, junto con otras formaciones euroescépticas.
El mejor resultado en años recientes obtenido por el KKE fue el de
las elecciones de mayo de 2012, cuando alcanzaron un 8'48% del voto.
Desde entonces, la formación comunista ha vuelto a desplomarse en las
encuestas, que ahora le conceden entre el 3 y el 5%. La coalición
liderada por Alexis Tsipras, en cambio, encabeza desde hace meses los
sondeos, con una ventaja sobre los conservadores de Nueva Democracia que oscila entre los 4 y los 10 puntos.
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