“Cuando transcurran los tiempos, cuando nuevas generaciones
divisen las cosas desde su verdadero punto de mira; las gentes se
admirarán de ver cómo pudo existir nación tan desdichada para servir de
juguete a bufones y criminales tan pequeños” Manuel Gonzales Prada.
“Nuestros legisladores”. Horas de lucha Se puede definir gramaticalmente
el servilismo, en estricto manejo […]
“Cuando transcurran los
tiempos, cuando nuevas generaciones divisen las cosas desde su verdadero
punto de mira; las gentes se admirarán de ver cómo pudo existir nación
tan desdichada para servir de juguete a bufones y criminales tan
pequeños”
Manuel Gonzales Prada. “Nuestros legisladores”. Horas de lucha
Se puede definir gramaticalmente el
servilismo, en estricto manejo del idioma como “una ciega y baja
adhesión a los poderosos”. Y, en efecto, lo es, sólo que en algunas
circunstancias, sus exponentes suelen guardar algunas formas, para no
mostrar su estulticia tan impúdicamente. Este, no es el caso.
La expresión mas clara de un
servilismo en extremo rastrero y ramplón, ha sido, por cierto, el
documento publicado recientemente y suscrito por la “Comisión de
Relaciones Exteriores” del Congreso de la República y refrendado, nada
menos, que por 57 de un total de 130 congresistas.
Gracias a él, el legislativo peruano
ha tenido a bien ponerse del lado de los Estados Unidos, y apoyar
abiertamente la injerencia yanqui en los asuntos internos de un Estado
Soberano e Independiente de América Latina. Una versión alucinante de
Caín en el Siglo XXI.
Para este “colectivo” parlamentario
no existen principios que rigen las relaciones entre Estados. La No
Intervención en los Asuntos Internos de un país y a Libre Determinación
de los Pueblos, no existen. Del mismo modo que no existen la
Independencia, ni la Soberanía. Tampoco la dignidad, por cierto. Son
pamplinas, cuando lo que está en juego son los intereses del Imperio,
amenazados, ciertamente, por la insurgencia de un pueblo que se levanta
en procura de consolidar sus derechos y libertades más elementales.
Toledo, quien junto a Bush y Aznar
saludaron golpe de estado contra Chávez (abril 2002), persiste en apoyar
injerencia en Venezuela.
Que el gobierno de los Estados
Unidos amenace abiertamente a la Venezuela Bolivariana y que incube la
idea de atacarla militarmente es un abuso incalificable, aunque
previsible; pero que los parlamentarios peruanos aprueben esa voluntad, y
la aplaudan, es ya un extremo abyecto de felonía y traición. Bien
podría resultar inconcebible, sino fuera vergonzosamente cierto.
Esos “parlamentarios” peruanos,
encabezados por Lourdes Alcorta no se pusieron siquiera a “la altura” de
los Riva Agüero y los Torre Tagle. Aquellos que, en los albores de la
Independencia optaron por someterse dócilmente a las autoridades
virreinales de Lima, en lugar de sumarse a la lucha emancipadora de los
Libertadores; finalmente cambiaron de rumbo y se sumaron a
regañadientes y con pérfidas intenciones, a la Causa Patriótica.
En el caso, como lo recuerda la
historia, el tiempo les alcanzó para buscar otra ruta cuando percibieron
en qué dirección soplaba el viento. Se dieron maña, entonces, para
plegar sus raídas banderas y se sumaron a aquella por la que soldados
de distintos países de la región, dieran su sangre en los agrestes
parajes andinos de Junín y Ayacucho.
Ex candidata presidencial Keiko -hija del dictador Fujimori- recibe a esposa de Ledezma, el represor del Caracazo (1989). Dios los cría…
Ese volteretazo permitió a a
oligarquía criolla auparse en el nuevo régimen y garantizar un modelo
social que se consolidó a la mala, y que hoy hace agua por todas partes.
Carlos Marx decía -y con razón- que
la historia no se repite. Y cuando ello, ocurre, la primera vez toma la
forma de una tragedia, y la segunda de una farsa. Podríamos decir que,
en el caso, ésta vez el “documento parlamentario” de marras, fue apenas
una simple payasada. No podía esperarse otra cosa de un Poder tan
descalificado como el que actualmente tenemos.
Los parlamentarios, de hoy, en
detrimento de la honorable institución legislativa, y salvo muy honrosas
y escogidas excepciones, están ligados a una infinidad de truhanerías.
Unos, son coimeros, otros
proxenetas. Los hay, vinculados al contrabando, al narcotráfico, al
lavado de activos, al crimen organizado y a las distintas mafias que
pululan a la sombra de un Poder que cada día se hace más evidente y
amenaza gravemente a todos los peruanos con tomar nuevamente las riendas
del Estado a partir del 2016.
Alan García se ofreció a integrar un equipo de abogados para defender a los golpistas López y Ledezma.
Eso es lo que envalentona a los
“parlamentarios” que se toman responsabilidades que no les competen, y
que nadan contra la corriente. En una circunstancia en la que los
gobiernos de América Latina -sin excepción- rechazan la injerencia
yanqui, ellos la saludan y la aplauden.
No reparan, siquiera que, al margen
de sus odios infinitos y en extremo primitivos, Estados Unidos mantiene
nuevas rondas diplomáticas con Cuba a despecho de los procaces aullidos
de los grupos fascistas del Partido Republicano; que una delegación de
alto nivel de la Unión Europea llega a La Habana para normalizar los
vínculos entre la isla y el viejo continente; que el Canciller ruso
Lavrov visita Caracas; y que el gobierno de Nicolás Maduro cuenta con el
reconocimiento y el aval de más de 200 países del mundo, ninguno de los
cuales cuestiona su legitimidad democrática.
Para todas sus pachotadas los
legisladores peruanos cuentan con la complicidad de la “Prensa Grande”
que vigila y digita -al mismo tiempo- cada uno de sus pasos.Ella tomará
medidas para “poner en evidencia” a congresistas que no quieran firmar
contra Venezuela y tengan algo que se les pueda enrostrar. Y verá la
forma de prescindir de los que insistan en mantener una posición
decorosa y digna, asegurando que nos sean invitados ni entrevistados,
que el silencio los apabulle. Es su sueño.
Hoy, presiona tanto que ha logrado,
finalmente, que la Jefe del Gabinete, Ana Jara, y el Canciller
Gutiérrez, reciban a las esposas de los golpistas presos, en lo que sin
duda constituye un gesto inamistoso hacia el gobierno que donó casas
para las víctimas del terremoto del 2007 en el sur chico.
El objetivo más preciado de todos
ellos es, sin duda, amagar UNASUR y la CELAC, esas estructuras de
coordinación económica y política surgidas en los últimos años como
consecuencia de la afirmación de la conciencia soberana en diversos
países. Por eso, en la declaración que comentamos, ponen una pica en
Flandes: piden el retiro del Perú de UNASUR si este organismo no
“condena” a Venezuela. A coro, se suman, claro, Vargas Llosa, la Keiko,
Toledo y García, poniendo en evidencia que es un problema de clase.
En las últimas semanas el Perú ha
vivido conmocionado por diversos acontecimientos. Un accidente vehicular
causado por una empresa protegida por la Mafia, dejó el saldo de una
persona muerta y 87 heridos. Y luego otro, ocurrido en el norte del país
dejó una estela más macabra: 38 muertos y casi un centenar de heridos.
Unido a esas tragedias que enlutan
humildes hogares peruanos, han ocurrido deslizamientos de tierras y
caída de cerros sobre caminos y aldeas. Lluvias e inundaciones y otras
catástrofes naturales incontroladas han generado destrozos múltiples y
daños humanos y materiales, dolor, pánico y desolación. .
Lamentable. No es ficción literaria, Mario Vargas Llosa fue anfitrión de Lilian Tintori (d) y Mitzy Capriles (i).
Millares s de damnificados han sido
castigados por la naturaleza en uno y otro confín de la patria.
Localidades cercanas a la ciudad capital -como Chosica, por ejemplo- han
quedado virtualmente aisladas requiriendo ayuda extraordinaria y
urgente en maquinaria pesada, materiales de construcción, medicinas y
alimentos. Escuelas, centros de salud, comedores populares, calles y
avenidas, han sido destrozadas. Millones de soles en pérdidas y daños
han sufrido poblaciones y personas -sobre todo niños- en estos días
aciagos…
Los parlamentarios que firman contra
Venezuela, no han hecho nada por ellos. Los han borrado de su
imaginario, y de sus preocupaciones. .
Han preferido abordar dos asuntos
que lucen “fundamentales” en su tarea de dominación: Promover una Moción
de Censura al Gabinete Jara y alentar una campaña de odio contra la
Venezuela Bolivariana. Y aplaudir ese aquelarre de brujos y hechiceros,
reunido por iniciativa del Premio Nobel en nuestra capital.
El paroxismo ha llegado a extremos
tales que toma viada lo que dijimos antes: la Mafia quiere tentar la
vacancia de la presidencia de la República, y adelantar los comicios
nacionales del 2016. El servilismo a toda máquina.
* Gustavo Espinoza M. Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario