La
agonía del capitalismo putrefacto en el estado español se aprecia no
sólo en la situación económica - donde hay malnutrición de niños y
ancianos, el paro rompe límites así como el trabajo en precario, los
desahucios y los suicidios – sino en todos los ámbitos de la vida
social.
El
dominio político por parte de la burguesía, así como la vinculación del
Pueblo para con las instituciones capitalistas - con la profundización
de la crisis y la corrupción que asola al sistema -, se ha resentido
sobre manera.
A
día de hoy, contemplamos que la burguesía está en un proceso de
remozamiento de su andamiaje político, con creación de líderes y
partidos, no obstante, hemos de advertir que este proceso se halla en un
proceso avanzado, no siendo algo nuevo ni espontáneo habiéndose
producido en otras momentos históricos ya, y siendo muy meditado, con
anterioridad, por el verdadero poder: los monopolios.
Cuando
estalló una nueva fase de la crisis en 2007, los capitalistas eran
plenamente conscientes de las enormes dimensiones de la misma, y de su
carácter estructural por el pinchazo de la burbuja financiera, aventada
por los máximos exponentes partidarios del Capital: la dupla PP-PSOE.
Siendo
la burguesía sabedora de la situación económica y de que su única
salida, su única vía de subsistencia, era arremeter más todavía contra
los trabajadores, de tal modo que se produjera una mayor transferencia,
aún, de riqueza de las clases populares hacia la burguesía, unido al
escenario corrupción generalizada y de descrédito de las instituciones
capitalistas, pergeñan una táctica para tratar de salvaguardar la
democracia burguesa y sus instituciones así como de desactivar al máximo
las movilizaciones contrarias a las políticas criminales que se ven
obligados a imponer.
Con
respecto a la desactivación de la movilización y la lucha en la calle,
utilizaron, en un primer momento, a CCOO y UGT, los cuales aparte de
corrompidos hasta el tuétano en lo sindical y en lo político e
ideológico, recibían inyecciones de dinero por parte del Estado. En
principio canalizaron la movilización a través de dichos sindicatos,
aunque las huelgas generales de 2010 y 2012, unido a los acuerdos
antiobreros firmados y a la corrupción generalizada ha llevado a estos
sindicatos a ser instrumentos cada vez de menos utilidad para la
burguesía, al convertirse en organizaciones cada vez más despreciadas
por el Pueblo, como se comprueba no sólo en la pérdida de afiliación
sino, también, de delegados. En las elecciones municipales de 2011, año
en el que se produjeron las elecciones generales en las que el PP obtuvo
mayoría absoluta, estalló el 15M, movimiento amorfo e interclasista que
bajo la máscara de la indignación no sólo negaba el análisis de clase,
sino que se convertía en una válvula de escape que ofertaba el sistema
por el que se canalizaba la indignación de parte de las masas pero que
no iba a la raíz del problema: el capitalismo y su estado, y fue por
ello por lo que el sistema no sólo toleró dicho movimiento, sino que lo
promocionó. Ese 15M no era más que la plasmación en la práctica del
ideario de ATTAC de que el pueblo, organizado en plataformas, libere a
la democracia que se halla secuestrada por los mercados, liquidando por
completo la naturaleza clase de los problemas de esta sociedad, del
problema del estado y de la crisis. PODEMOS no es más que la conversión
de ese 15M en partido político, impregnado por la ideología capitalista
de ATTAC, convirtiéndose en la apuesta de la burguesía – tal y como se
ha demostrado por la enorme propaganda realizada en los medios de
comunicación de masas del Capital - para encauzar electoralmente el
descontento y la ira de las clases explotadas, de tal modo que se
convierta en la pata izquierda del sistema, ante el progresivo deterioro
del bipartidismo, desviando a la clase obrera de su misión histórica y
garantizando no sólo la pervivencia de la democracia burguesa sino,
fundamentalmente, garantizando el dominio de los monopolios y la
pervivencia del imperialismo. El primer efecto de PODEMOS ha sido un
descenso de las manifestaciones en un 40% en el 2014 y las horas
perdidas por huelgas en 2014 bajaron un 38,5% respecto a 2013.
Las
reivindicaciones provenientes de Cataluña y de Euskadi,
fundamentalmente, y la aspiración de la burguesía catalana de alcanzar
mayor grado de poder llevaron a la burguesía españolista a crear en 2005
una “plataforma ciudadana” en Cataluña conformada por prostituidos
intelectuales entregados al capitalismo y al nacionalismo español cuya
razón de existir era la de movilizar al pueblo contra el nacionalismo
catalán. Un año después, en 2006, esta “plataforma ciudadana” se
convierte en partido político, Ciutadans (C’s). Por otro lado, y con
objeto de fortalecer, aún más, el nacionalismo español, ‘contrariado’
por las conversaciones del Gobierno de Zapatero con ETA, constituyó en
el tercer trimestre de 2007 otra plataforma ciudadana, con muchos vasos
comunicantes con la que se creó en Cataluña, constituida por Rosa Díez y
Fernando Savater que dio lugar al partido político UPyD que se presentó
ya a las generales de 2008 bajo las banderas de la unidad indisoluble
del estado español y la regeneración ‘democrática’; curiosa regeneración
la que venía de aquéllos que defendían con mayor vehemencia el corrupto
sistema político diseñado por el franquismo. Es evidente que el
objetivo de este partido era el de recoger todo el voto posible que
perdiesen PP-PSOE, así como confrontar políticamente al nacionalismo
catalán y, fundamentalmente, vasco.
La
“regeneración democrática” que según nos cuentan viene de la mano de
estas ‘nuevas’ formaciones creadas por lo viejo, por la burguesía, y que
no cuestionan, en lo absoluto, ni al capitalismo ni al estado burgués.
Es más, incluso los creadores de estas plataformas ciudadanas primero,
que desembocaron en partidos políticos después, son siervos de la
ideología burguesa bajo la etiqueta de “intelectual” así como sus
cúpulas dirigentes, compuestas mayoritariamente por antiguos militantes y
dirigentes de PP, PSOE y otros partidos del sistema, nos muestra que
esta ‘regeneración democrática’ es el nuevo lavado de cara, el enjuague,
que la burguesía da a su democracia diseñada por el franquismo para que
se mantengan incólumes las bases políticas y económicas capitalistas y
la burguesía siga concentrando todo el poder en sus manos a través de su
estado. Y todo este movimiento se produce en un marco en el que se
modificó la legislación para restringir que partidos extraparlamentarios
se presenten a las elecciones burguesas, requiriéndoles un número de
firmas en las distintas circunscripciones con el claro objetivo de
impedir que todo aquél partido que no controle la burguesía, y esté a su
servicio, se presente a las elecciones, o lo que es lo mismo, para
impedir que los partidos comunistas se presenten a las elecciones.
No
obstante, el desarrollo de la crisis, así como la ideología burguesa
reproducen en dichos engendros políticos las mismas contradicciones y
los mismos valores del sistema, recortando los tiempos de vigencia de
dichas estructuras partidarias del capital. El zigzag propio de la
psicología pequeñoburguesa está instalada en dichos partidos, tan pronto
toman el poder como se hacen necesarias renovaciones – de caras claro,
pues todos aceptan el capitalismo y su estado como constantes
incuestionables, verdaderas tautologías – todo ello al golpe de
encuestas o de resultados electorales. Como maquinarias del capital que
son, no exige a la afiliación ni tan siquiera una aceptación consciente
de sus programas políticos – máxime cuando la inmensa mayoría de esos
afiliados se inscriben a esos partidos más que por ideología para
obtener un provecho propio, para obtener prebendas. Ellos se arrogan la
cualidad de democráticos, y la prueba del algodón de dicha democracia es
la exacerbación del individualismo, y la exaltación de las primarias. Y
es que para ellos, el partido no es un instrumento de clase sino un
conjunto de ciudadanos, o personas, que aspiran a tomar parcelitas de
poder, cuando no a vivir a costa del pueblo, siendo el poder – y las
liberaciones - el elemento de cohesión en el seno de esas estructuras
partidarias.
Un
caso concreto de recorrido completo del ciclo descrito, y que lo
confirma, son los hechos que acontecen en el partido UPyD. Amamantada y
proyectada por los medios de comunicación del Capital, tiene un proceso
de ascenso progresivo moderado, como consecuencia del declive, en
principio, moderado del bipartidismo en la primera parte de la actual
cresta de la crisis. En los últimos tiempos, y tras la apuesta abierta
del Capital por C’s como pata derecha renovada del sistema, tras las
elecciones europeas, UPyD ha demostrado lo que son estas invenciones
políticas del Capital: un nido de capitalistas de todo pelaje tratando
todos ellos de tocar poder y, cuando no consiguen dicho objetivo,
desacreditar por completo a su partido, apuñalarse públicamente entre
ellos y haciendo un alarde de desprecio a las determinaciones adoptadas
por los órganos de dicha organización, todo ello, delante de los medios
de comunicación; y es que ideológicamente son exactamente lo mismo:
chovinistas españolistas defensores del imperialismo. Es natural todo
esto, pues lo único que se reflejan son los valores del capitalismo: el
individualismo, el parasitismo, la disidencia, la corrupción, etcétera.
Todas
las criaturas políticas de ‘nueva’ creación del capital, así como las
viejas estructuras partidarias, como IU, se lanzan a engañar al pueblo
trabajador pretendiendo mostrar su pedigrí democrático con elecciones
primarias internas. Procesos totalmente dirigidos y amañados, cuando se
realizan, donde ni tan siquiera su militancia participa y donde las
denuncias de pucherazos, entre sus propios participantes, abundan; un
ejemplo de ello lo tenemos en el partido que enarbola la bandera de la
‘participación’ y la ‘democracia y transparencia’ interna, PODEMOS,
donde la ciberparticipación, ya ni tan siquiera participación real, ni
tan siquiera superó el 20% de sus afiliados.
La
burguesía, a través de sus ‘intelectuales’, en la modelación de su
sistema de partidos políticos, con el que engaña a los trabajadores y
ejerce su dictadura de manera descarnada y brutal, no duda en señalarle a
los explotados, al proletariado, el camino de la democracia y cómo
deben ser sus organizaciones políticas en un auténtico ejercicio de
cinismo. Un ejemplo de ello lo tenemos en la triada oportunista formada
por Alberto Garzón Espinosa, candidato de IU a la presidencia del
Gobierno y miembro de ATTAC, y los asesores del oportunismo, auténticos
gurús económicos de la falsa izquierda al servicio del Capital y
miembros de ATTAC, Vicenç Navarro y Juan Torres López. Ellos, en su
libro “Hay Alternativas” escrito en el 2011, dan cátedra señalando “(…)
un elemento esencial de esta democratización es la democratización de
los partidos, convirtiéndolos en colectivos horizontales integrados en
la sociedad, en lugar de aparatos verticales poco sensibles a la voz de
sus electores”. Estos intelectuales al servicio de la burguesía nos
presentan como novedoso la organización horizontal, nos resucitan a
Pannekoek, a los anarquistas y a los oportunistas de izquierda y de
derecha de épocas pretéritas.
Plataformas
y colectivos horizontales de ciudadanos, ni de izquierda ni de
derechas, que permita una alianza entre la pequeña y mediana burguesía y
el proletariado para garantizar que el proletariado siga sometido y que
la pequeña y mediana burguesía alcancen mayores cotas de bienestar
perdido fueron ya retratados perfectamente por Carlos Marx en 1850: “En
los momentos presentes, cuando la pequeña burguesía democrática es
oprimida en todas partes, ésta prédica en general al proletariado la
unión y la reconciliación, le tiende la mano y trata de crear un gran
partido de oposición que abarque todas las tendencias del partido
democrático, es decir, trata de arrastrar al proletariado a una
organización de partido donde han de predominar las frases
socialdemócratas de tipo general, tras las que se ocultarán los
intereses particulares de la democracia pequeñoburguesa, y en la que las
reivindicaciones especiales del proletariado han de mantenerse
reservadas en aras de la tan deseada paz. ”. Como se puede ver, este
engendro podemista del capital no es nuevo sino muy viejo, y Marx
también demostraba con claridad el resultado para el proletariado de
semejante engendro: “Semejante unión sería hecha en exclusivo beneficio
de la pequeña burguesía democrática y en indudable perjuicio del
proletariado. Este habría perdido toda su posición independiente
conquistada a costa de tantos esfuerzos y habría caído una vez más en la
situación de simple apéndice de la democracia burguesa oficial. Tal
unión debe ser, por tanto, resueltamente rechazada.”, dando el mismo
Marx la salida, describiendo el modo de organización del proletariado:
“Tan pronto como los nuevos gobiernos se hayan consolidado un poco
comenzarán su lucha contra los obreros. A fin de estar en condiciones de
oponerse enérgicamente a los demócratas pequeñoburgueses es preciso
ante todo que los obreros estén organizados de un modo independiente y
centralizados a través de sus clubs. Después del derrocamiento de los
gobiernos existentes, y a la primera oportunidad, el Comité Central se
trasladará a Alemania, convocará inmediatamente un Congreso, ante el que
propondrá las medidas necesarias para la centralización de los clubs
obreros bajo la dirección de un organismo establecido en el centro
principal del movimiento.”. Posteriormente, y como consecuencia del
perfeccionamiento de la maquinaria represiva del estado burgués, Lenin,
afinó el modelo de Partido que el Proletariado necesitaba para adquirir
consciencia de clase sobre su lugar en la lucha de clases y de su misión
histórica y, como no, para vencer en la guerra de clases que libra
contra la burguesía, destruyendo su estado y alzando el socialismo: El
partido de nuevo tipo, armado con el principio organizativo del
centralismo democrático. Para Lenin, como lo acredita su obra, ese
Partido era de máxima trascendencia, el único arma del Proletariado en
su lucha por el Poder: "El proletariado no dispone, en su lucha por el
Poder, de más arma que la organización. El proletariado, diseminado por
el imperio de la anárquica concurrencia dentro del mundo burgués,
aplastado por los trabajos forzados, al servicio del capital, lanzado
constantemente a la "sima" de la miseria más completa, del
embrutecimiento y de la degeneración, sólo puede hacerse y se hará
inevitablemente invencible, siempre y cuando que su unión ideológica por
medio de los principios del marxismo se afiance mediante la unidad
material de la organización, que funda a los millones de trabajadores en
el ejército de la clase obrera. Ante este ejército no prevalecerán ni
el Poder senil de la autocracia rusa ni el poder caduco del capitalismo
internacional".
Es
por ello por lo que, en las últimas décadas, mientras el oportunismo
carcomió al Movimiento Comunista Internacional, la burguesía no dudó en
arremeter con todas sus fuerzas contra el proletariado, fundamentalmente
en el terreno ideológico en una guerra sin cuartel, todavía mayor tras
la caída de la URSS, contra el marxismo-leninismo y, fundamentalmente,
con ataques feroces al Partido Leninista o Partido de nuevo tipo, al
cerebro del cuerpo Proletario, su verdadera alma revolucionaria, el
instrumento sublime del proletariado en la lucha ideológica consciente
en que liquidando al Partido el dominio de la burguesía está
garantizado, por muchas crisis que se sucedan y mucho que se acrecente
la depauperización del proletariado.
Para
sostener al estado español, carcomido por la crisis económica y por la
corrupción, los enemigos jurados de la clase obrera se esfuerzan por
seguir engañándolos, que en el fondo es la esencia de la filosofía
burguesa: Engañar al proletariado por todos los medios para mantener el
poder. Para ello no dudan en reiterar fórmulas ya empleadas a lo largo y
ancho de la historia, y erosionadas cada vez a mayor velocidad. Los
engendros creados cada vez se agotan más rápidamente. Los partidos del
Capital, en donde debemos incardinar a la traidora organización PODEMOS o
a IU-PCE, auténticos nidos de oportunistas y traidores a la clase
obrera, no sólo abrazan la filosofía burguesa y engañan al proletariado,
sino también lo niegan, le niegan su papel protagonista de sujeto
revolucionario y lo subordinan a la burguesía. La burguesía se gasta una
ingente cantidad de dinero en combatir al marxismo-leninismo, en verter
toneladas de mentiras contra el partido leninista y en comprar a
oportunistas de todo tipo y pelaje con el objetivo de negar al
proletariado, desviarlo de su misión histórica y hacer que asuma al
capitalismo y la democracia burguesa como la única solución posible, a
pesar que ambos están muertos y únicamente se sostienen por la
violencia.
El
Partido Comunista Obrero Español reivindica el Partido Leninista, el
Partido de nuevo tipo tal y como lo concibió Lenin, pues es la respuesta
coherente a la lucha de clases, está ideado para contrarrestar las
estructuras institucionales de la burguesía y tiene en consideración el
proceso natural que rige para la toma de conciencia de clase por parte
de las filas del proletariado, cerrando las puertas a la espontaneidad, a
la anarquía, a la indisciplina, al capricho. El PCOE reivindica el
centralismo democrático, pues no sólo garantiza la persistencia
ideológica, sino que dota al proletariado de la necesaria disciplina,
homogeneidad ideológica, conocimiento colectivo que destierra el
subjetivismo, el control de la dirección y haciendo fluir la democracia
de arriba a abajo y de abajo a arriba, preparando al proletariado no
sólo para el combate contra la burguesía, sino para la toma del poder y,
en ese proceso, imprimiéndole la forma en la que se articulará la nueva
sociedad llamada a suceder a la sociedad capitalista, la sociedad
socialista. El Partido Leninista, es el arma más potente y segura que
tiene el Proletariado para conquistar su emancipación, que sólo puede
venir de la mano de su conquista del poder político. La Historia
acredita que el Partido Leninista, el partido de nuevo tipo, el Partido
Comunista que aglutine a los obreros más avanzados, a su vanguardia, es
la única formulación que puede guiar al proletariado a la victoria, por
ello la burguesía ataca con ferocidad al marxismo-leninismo y a su
Partido.
¡FORTALECE AL PARTIDO LENINISTA, ÚNETE Y ORGANÍZATE EN EL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL!